Disturbios en Europa: ¿cerca de la revolución?
Por Palermo Bronx
Ahora sabemos que el bienestar social
generalizado de Suecia era nada más que un mito. Queda además en
evidencia que ningún país de Europa escapa hoy a la triste realidad
continental que es de ajuste, disturbios, represión, más ajustes y
economías condenadas, sin ningún pronóstico favorable a mediano
plazo. La Eurozona entera padece los efectos de lo que se creía una
crisis puntual de los países periféricos.
Los disturbios ocasionados por los
marginados del sistema en Suecia, sumados a la ya crónica crisis
política, social y económica de España, Grecia, Portugal e Italia,
además de otros países europeos (quizá en menor medida), ha
suscitado la cuestión: ¿se viene el zurdaje? ¿Estamos cerca de la revolución socialista en Europa occidental?
No es lo que dice la historia reciente
de Europa. En momentos de desintegración de la autoridad política y
debacle económica, con sus respectivos resultados sobre el tejido
social, la salida allí ha sido necesariamente por derecha. Cuando
todo va muy mal, los europeos suelen empezar creyendo que la culpa la
tiene los inmigrantes, las minorías, el diferente.
Nada responde mejor a esa manera de
pensar que la propuesta de los partidos de extrema derecha que vuelven a tomar protagonismo en estos días.
No es casual: el ascenso del nazismo y
el fascismo en las primeras décadas del siglo XX se dio en
condiciones similares a las actuales y empezó justamente con la
xenofobia, el racismo y la violencia hacia las minorías como válvula
de escape a la frustración generada por la crisis.
Por lo demás, está claro que la
salida por izquierda, es decir, la revolución socialista en Europa
occidental no se da en un contexto de desorganización, de desbande,
de odio y de antipolítica. Antes todo lo contrario: lo que debe
surgir de un contexto semejante es el miedo y el pesimismo, que
conducen a la adhesión masiva al mesianismo del primer oportunista
que proponga la «solución final» rápida y aséptica. El que
proponga una salida humanista al problema no tendrá quien lo
escuche en un escenario así.
Por estos motivos, es razonable esperar
que las fuerzas de extrema derecha en Europa vayan tomando cada vez
más protagonismo y se vean consolidadas en los próximos años.
Europa debe organizarse políticamente para encontrar una salida por
izquierda al neoliberalismo, o estará condenada a padecer el avance
de las bestias pardas que siempre juegan a la guerra, a la destrucción y a
la muerte.
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