Diccionario Trotskista Ilustrado - A -
Asamblea [1] s.f. De acuerdo a la definición de la Real Academia Española, «reunión numerosa de personas para discutir determinadas cuestiones y adoptar decisiones sobre ellas». No obstante, según el innegociable lineamiento trotskista de que acatar las acepciones de la Real Academia es un vicio pequeño burgués que debe ser combatido, las asambleas troscas no tienen porqué ser numerosas, mucho menos discutir determinadas cuestiones ni adoptar ninguna decisión sobre estas: simplemente se congregan algunos pocos individuos para hablar libremente sobre la revolución permanente, lo cual puede durar días enteros sin pausa para comer o ir al baño. La capacidad de permanencia de un trosco en la asamblea es lo que determina su nivel de trosquedad. Existen registros estadísticos de individuos ultra trosqueados que han permanecido en su asiento, divagando hasta no más poder, por más de seis semanas. Por otro lado, algunos antropólogos sostienen que tal cosa es humanamente imposible y que únicamente un troscoide podría permanecer tanto tiempo sentado en una asamblea, sin alimentarse ni tomar agua.
Asamblea [2] s.f. Si de asambleas ajenas se tratara, la misión de todo trosco
es la de fastidiar a los presentes planteando como cuestiones de orden
sus exigencias divorciadas de toda realidad, reivindicando la tendinitis
de los troscos del subte como el motivo último de la revolución mundial
y acusando a todos lo no-troscos del universo de ser cómplices (o aún
partícipes) del asesinato de Mariano Ferreyra. Además, deben vender
cantidades ingentes de ejemplares de su periódico (escrito y editado
integralmente por Jorge Altamira, la infame Prensa Trosquera) y cooptar
la adhesión del mayor número posible de adolescentes para luego
utilizarlos como carne de cañón en las marchas. De no ser posible llevar
a cabo ninguno de estos objetivos primarios, el militante trosco debe
directamente romper la asamblea, ya que los únicos dignos de hacer
asambleas son ellos mismos, los troscos y los troscoides.
Altamira, Jorge (1942 - presente) Notorio dirigente anticomunista de ultraderecha y propietario del Partido Obrero (también conocido en el barrio como Partido Trosquero). Ya a tierna edad, se trosquea en contra de su propio padre y renuncia a usar el nombre que este le había dado, haciéndose llamar de ahí en más por el apelativo de algún oscuro caballero medieval, algo que nunca ha podido explicar muy bien. Además de administrar a la secta antes mencionada como un feudo (lo cual podría explicar en parte el nombre de guerra medieval que ha elegido para sí mismo), se cree que Altamira viene adquiriendo lotes de acciones en los grandes medios de comunicación de la Argentina, en particular en los de un cierto monopolio, porque de otra manera no se explican sus apariciones cada vez más frecuentes en TN y en Radio Mitre, tradicionales medios de comunicación de la oligarquía. Entre sus logros más destacados está el haber superado el 1.5% de votos en las últimas elecciones primarias nacionales de Argentina, éxito celebrado efusivamente y con bebidas caras en la madriguera de su cómplice Chiche Gelblung. Por lo demás, Altamira (o «Altamirovich», para sus más feroces detractores y otros antisemitas ignorantes) es un político puro e incorruptible, ya que como cualquier trotskista que se precie y también como Pino Solanas [véase «troscoide»], jamás ha gobernado nada en ninguna parte, ni siquiera ha formado parte de un mísero consejo escolar ni de cosa alguna (hacer política y gobernar es un vicio burgués que debe ser combatido).
Consulte el Diccionario de Real Academia Trotskista
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Nota del editor: Este diccionario es trosco, rebelde y
revolucionario, por lo que va a salir por entregas
(para fastidiar nomás). Las voces marcadas en azul
son entradas publicadas. Las que estén marcadas
en este color raro son las que se publicarán después
por orden alfabético (o no).
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