Cacerolazos en Universidad del conurbano: «Todo sea para defender la libertad de expresión»
Se acerca el #7D y la derecha argentina
se moviliza para derrocar el régimen estalinista que no permite a la
gente bien salir del país ni comprar dólares, además de cercenar
la libertad de expresión de sus monopolios santos. Y manda toda la
carne al asador, movilizando a sus peones en los más distintos
niveles: desde Harvard hasta la modesta UNTREF, pasando por sendas
operaciones de prensa a nivel nacional, desestabilizar es la tarea.
Faltan poco más de 60 días para la
entrada en vigencia del artículo 161 de la Ley de Medios
Audiovisuales estalinista y kirchnerista, que pretende limitar el
derecho sagrado de ciertos grupos empresarios de poseer virtualmente
la totalidad de los medios de comunicación en el país. Un fantasma
recorre la Argentina: el fantasma de la democracia. Todas las
potencias de la vieja política se han unido en una Santa Alianza
para acorralar a ese fantasma: Mitre y Magnetto, Binner y Moyano, los
radicales de la UCR gorila y los polizontes de Altamira. Ya lo había
adivinado Marx, como se ve en lo expresado.
Pues bien, la ofensiva es en todos los
niveles, hay que ver hasta dónde les da la nafta. No satisfechos con
hacer cacerolazos en la vía pública dos veces por semana, con
escrachar y amenazar de muerte a funcionarios corruptos del régimen
(aunque no pese ninguna denuncia de corrupción contra dichos
funcionarios, lo que no es más que un insignificante detalle) y con
sugerir preguntas a estudiantes cipayos tan sólo para que los
termine destrozando la Yegua, en vivo y en directo, se busca actuar
ahora en el plano territorial. Y ya que la estrategia de
desprestigiar a los militantes de La Cámpora no llegó a buen
puerto, el objetivo ahora es debilitar a Unidos y Organizados, la
nueva fuerza de choque de las juventudes hitlerianas, estalinistas y
kirchneristas que tiene por sola meta consolidar la hegemonía del
Gobierno sobre las libertades individuales de los desamparados
ciudadanos honestos de este país.
«Si ellos van por
todo, nosotros no nos podemos quedar atrás», es la consigna de
estos sectores de clase media que tienen su conciencia de clase
alienada en la de los oligarcas terratenientes y otros sojeros
santafecinos. De este modo, buscan entorpecer el proceso eleccionario
en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, proceso que, por otra
parte, no es más que una cortina de humo, ya que los
hitlerianos, estalinistas, guevaristas y kirchneristas del Gobierno
nacional son, en realidad, unos burócratas muy poco dispuestos a la
democracia. Ganan las elecciones con más del 50% de los votos, pero
todos sabemos que es gracias al «clientelismo político, flaco...»
Si antes tenían la
decencia de mostrarse por separado, el momento no permite demasiados
miramientos. ¡Hay que salvar el sistema republicano! Así, tenemos
el placer de ver, unidos por el propósito de romper una humilde
asamblea para la conformación de la Junta Electoral de una
Universidad del conurbano (que no tiene más de 5.000 estudiantes) a
unas fuerzas políticas que creíamos ser antagónicas: el
FAP/Proyecto Sur, la derecha gorilona resentida por el avance del
populacho, troscos, troscoides, anarcoindividualistas confundidos,
gorilas sueltos y hasta unos soldados perdidos de Moyano... ¡todos
reunidos bajo un mismo paraguas! ¿No es una gracia?
Dicen que la
Universidad es una miniatura de la política de un país, quizá algo
deformada por el sectarismo propio de quienes se creen superiores al
resto de la sociedad, por tener el privilegio de memorizar un par de
textos para zafar cierta cantidad de materias con un promedio 4 (todo
esto, lógicamente, financiado por el contribuyente). Sea como fuere,
lo cierto es que la Santa Alianza Universitaria se ha puesto en
marcha para detener el avance de los Unidos y Organizados
hitlerianos, estalinistas, guevaristas, maoístas y kirchneristas en
este microclima estudiantil. Ellos saben, con sus estrategas graduados en otras
universidades del Estado y postgraduados vaya uno saber dónde, que
una guerra es el conjunto de una infinidad de batallas localizadas. Y
Magnetto no está dispuesto a regalar terreno, aunque se trate de la
novísima Universidad Nacional de Tres de Febrero, nacional y popular
por antonomasia. ¿Se vienen los cacerolazos en las escalinatas de
Sede Central?
Por Palermo Bronx
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