¡Camarada Ernesto “Che” Sanz!
Por Palermo Bronx
Está claro que al asunto no da para mucho, pero igualmente habría que hacer alguna que otra observación sobre las declaraciones del senador de la Unión Cívica Radical, Ernesto «Che» Sanz. Pasa que, claramente, aquí el respetable y revolucionario senador (guerrillero de la II Internacional en sus horas libres) está tocando a Lenin —sí, nadie menos que al gran Lenin— de oído, aunque seguramente lo hace sin querer, ya que es muy dudoso que el bueno de Sanz haya leído a Lenin en su dichosa vida.
Resulta que Sanz propone aplicar el famoso «¡Cuanto peor, mejor!» de Lenin, a saber, que al país le vaya muy mal económicamente hasta octubre (¡tenía que ser justo octubre!) para generar un estado de caos social similar al de 2001. Según los cálculos de Sanz, en octubre habría una situación lo suficientemente caótica como para que los radicales, liderados por él, lleven a cabo la revolución, invadan la Casa Rosada y tomen el poder. Al igual que Lenin en ese Octubre de 1917, pero en una suerte de remake psychobolche.
Diría, no obstante, que Sanz se olvida que en esa Rusia prerrevolucionaria había una monarquía absoluta que gobernaba con mano de hierro durante los últimos 300 años, mientras la gran masa del pueblo ruso moría de hambre o de bala, según estuviera el humor del Zar en el día. En la Argentina, por otra parte, hay un gobierno elegido por la mayoría y todos están comiendo, ambas cosas que no siempre sucedieron en la historia del país. Dos escenarios muy distintos como para aplicar los mismos métodos, diría su tocayo Ernesto Guevara. «Las revoluciones no se importan». Las reacciones tampoco. Por lo demás, al hablar de «¡Cuanto peor, mejor!», Lenin se refería a la coyuntura militar: esperaba que las cosas se pusieran fieras en el frente de guerra para asestar el golpe de gracia a la monarquía de los Romanov, cosa que finalmente sucedió y culminó más tarde en el Octubre Rojo que ya conocemos.
No obstante, de todo se saca algo provechoso: por lo menos ya empezamos a avizorar una fórmula de la oposición para el 2015: Ernesto Sanz presidente, Jorge Altamira vice. Claro está, si es que no se escinden en el camino. Falta mucho para el 2015 y estos revolucionarios de saco, corbata y botox no suelen ser gente muy estable que digamos.
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