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Qué reclama Hugo Moyano


Los siguientes son los ejes de la protesta de Hugo Moyano, quien pese a haber entrado de lleno en la política (fundó su propio partido y es candidato a diputado nacional en la lista de Francisco de Narváez), sigue manejando el sindicato de camioneros:

«Estamos indignados con este impuesto perverso». Aquí Moyano se refiere al Impuesto a las Ganancias, que grava aquellos salarios superiores a $144.000 anuales, un monto muy superior al salario promedio nacional. Lo que Moyano calla es el hecho de que ingresos de ese tipo son un privilegio de la minoría de los trabajadores argentinos. Según el propio Moyano, hay camioneros que perciben alrededor de $220.000 anuales (unos $18.000 por mes o, si se quiere, siete veces el salario mínimo a nivel nacional). Para Moyano, un trabajador al que le pagan por siete no debe contribuir a la estabilidad de todo el sistema, jubilaciones incluidas. Algo raro en alguien que en los años 1990 luchó contra el egoísmo característico del modelo neoliberal...

«¿Por qué la Presidenta valló casi toda la plaza de Mayo?». Aquí Moyano oculta el hecho de que la plaza está siempre —siempre, no solo hoy— vallada, por obvias razones de seguridad ya que la Casa de Gobierno se encuentra allí. De todos modos, en la siguiente imagen se puede apreciar como los «5 millones de trabajadores» convocados por Moyano no alcanzaron para llenar media plaza. Si no hubiesen estado las vallas no habría plano corto que disimulara la escasa asistencia al acto del día, una vez que los camioneros estarían dispersos, así que Moyano debe agradecer la instalación de las vallas de seguridad.

 

Los «planes descansar». Una vez más, algo rarísimo en un referente de los trabajadores contra el neoliberalismo. Los programas sociales de inclusión con trabajo del actual Gobierno no solo son la materialización de lo que reclamaba Moyano en los años 1990, sino que fueron, además, defendidos por el propio Moyano hasta hace muy poco. Resulta que ahora son «planes descansar» lo que antes era «Justicia Social», una de las tres banderas del peronismo al que Moyano afirma adscribirse.

«Sepamos bien a quién vamos a votar en octubre, no nos volvamos a equivocar». Aquí Moyano afirma que votar al Frente para la Victoria sería «volver a equivocarse» (lo que lo incluye a él, por supuesto, ya que se equivocó en las elecciones pasadas al apoyar al Frente para la Victoria). Según Moyano, lo correcto para los trabajadores ahora es votar a Francisco de Narváez, de cuya lista el mismísimo Moyano forma parte. El problema es que Francisco de Narváez es uno de los baluartes de la derecha neoliberal en Argentina, lo que vendría a ser una clara traición a la clase trabajadora.

Por lo demás, Moyano critica la estrategia comunicacional de Cristina Fernández de Kirchner. Según Moyano, la presidenta hace un uso «excesivo» de las redes sociales (principalmente Twitter y Facebook) para comunicarse con el pueblo. Aquí tenemos una clara bajada de línea de Héctor Magnetto a Moyano: las redes sociales son canales de comunicación directa entre los representados y su representante, un auténtico bypass a los medios tradicionales de comunicación (TV, radio y periódicos en general). Para el negocio clásico de los medios de comunicación dominantes, que es precisamente «mediar» entre representados y representantes, manipulando la información de acuerdo con sus propios intereses corporativos, las redes sociales son un enemigo poderoso, quizá aún más potente que cualquier Ley de Medios. Entonces Moyano ataca por el lado de estas redes sociales que son contraproducentes a los intereses de quien ahora le está dando de comer.

Finalmente, Moyano dice que el Gobierno tiene «la gran mayoría de los medios de comunicación a su favor» gracias a la «pauta oficial». Además de ser una burda mentira, ya que todos conocemos que el estado actual de la correlación de fuerzas en los medios de comunicación argentinos es netamente desfavorable al Gobierno, Moyano utiliza aquí la muletilla favorita del sentido común de la clase dominantes que es la «pauta oficial». Una vez más tenemos la letra de Magnetto en el discurso del sindicalista.
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