Un panqueque llamado Lucas Carrasco
¿Se acuerdan de Lucas Carrasco, aquel muchacho ultra K medio disfónico que solía ir a 6-7-8 un poquito duro a hacer papelones? Bueno, yo me acordé de él el otro día y me puse a buscar a ver en qué andaba...
Y resulta que ahí está, publicando en su blog unas diez veces al día, en un lenguaje que solo él entiende. Ya no pisa más los estudios de Canal 7: ahora es habitué de TN y de los otros medios del Grupo Hegemónico. Parece que ha entrado al payroll de Magnetto, con lo que se aseguraría, al menos por el momento, el pan (más bien la harina) de cada día.
Ahora yo me pregunto: ¿qué fuerza tan poderosa es la que hace que un tipo cambie radicalmente su discurso, como hizo el amigo Carrasco? Todo lo que para él ayer estaba bien, hoy está mal, muy mal. Un claro ejemplo de panquequeada, seguro. Pero... ¿habrá sido por dinero? Yo quiero creer que no, quiero pensar que lo suyo es genuino, que simplemente se pasó al bando de la derecha clarinista por cuestiones ideológicas. Uno puede cambiar, se puede volver sectario e incluso reaccionario. Quiero creer que es así, porque si dicho cambio fuera por dinero estaríamos ante lo que solemos llamar en el barrio un «mercenario» y la verdad es que me cuesta imaginarlo a Carrasco pasando por ventanilla a cobrar el estipendio magnettista.
Los que están en el tema que por favor me expliquen cómo se pasa de «mi compañera presidenta» a «mi compañero Santo Biasatti» en un abrir y cerrar de ojos. No me digan que no es raro.
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